jueves, 23 de julio de 2020

Experimento de obediencia de Milgram


¿Qué tan lejos se puede llegar?

Stanley Milgram fue un psicólogo de la Universidad de Yale que, en 1961, realizó una serie de estudios para medir la disposición de una persona para obedecer órdenes de una autoridad, incluso si esas órdenes entraban en conflicto con su sistema de valores.

El experimento consistía en que un grupo de personas creyeran que participaban de un experimento relacionado con la memoria, cuando en realidad era una puesta en escena. Los colaboradores de Milgram eran seleccionados como la persona que debía memorizar, y los participantes reales eran quienes les leían una lista de palabras que debían aprenderse en unos minutos. Entonces, los falsos participantes debían repetir esta lista y, cada vez que se equivocaran, recibían una descarga eléctrica que iba subiendo en intensidad (realmente no recibían ninguna descarga, pero debían fingir el dolor). Así, los verdaderos participantes creían que estaban administrando descargas reales y dolorosas. Los actores comenzaban a equivocarse a propósito, para que el nivel de intensidad de los castigos fuera cada vez mayor, y también comenzaban a suplicarle a los verdaderos participantes que interrumpieran el experimento, que ya no querían seguir adelante.

En ese punto (o antes o después), los verdaderos participantes comienzan a dudar. ¿Es realmente necesario seguir dándole descargas eléctricas a la otra persona cuando esta comienza a pedir que detengan el experimento? Entonces intervenían los actores disfrazados de científicos, que daban la orden de continuar con el experimento. Así, el sistema de valores de la persona sufría una crisis: ¿debía hacer lo que consideraba correcto u obedecer a la figura de autoridad del científico?

A Milgram le interesó saber hasta qué punto una persona sería capaz de, literalmente, tortura a otra simplemente porque se los pide una persona vestida con una bata blanca. Milgram sacó varias conclusiones (empezando por el dato de que el porcentaje de personas que darían descargas casi letales era mucho más alto de lo que él se hubiera animado a imaginar):
  • Hombres y mujeres obedecen por igual.
  • A mayor cercanía de la figura de autoridad, mayor es la obediencia.
  • A mayor lejanía de la persona lastimada, menor era la culpa que sentían y mayor la obediencia.
  • A mayor formación académica, menor intimidación producía la autoridad (por lo que disminuía la obediencia).
  • Las personas con caracter más autoritario fueron las más obedientes.
Milgram propuso dos formas de entender esto:

La conformidad de grupo
Propone que una persona que considera que no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones (particularmente ante una crisis) transferirá la responsabilidad al grupo. Es decir, las personas siguieron adelante administrando descargas eléctricas y transfirieron cualquier responsabilidad al grupo de supuestos científicos.

La cosificación
Propone que la esencia de la obediencia consiste en que la persona se perciba como una herramienta para realizar los deseos de otra persona y, por lo tanto, no se considera como responsable de sus actos.

Otros aspectos a tener en cuenta son la dimensión simbólica de la autoridad: las batas blancas de los actores que hacían de científicos eran un signo de su supuesta autoridad como profesionales.

Recreación:



Resumido:


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