martes, 15 de diciembre de 2020

Vida universitaria III

 

Aspectos de la vida universitaria: de la A a la Z

El ritmo de estudios al compás de la cafeína.

En la vida universitaria, quien no toma mate, toma café, Speed, Monster o todo eso junto, y es importante problematizar eso. Empecemos por el principio:

¿Por qué alguien tomaría 3 litros diarios de café negro preparado con Speed y endulzado con Coca Cola? La pregunta es más interesante de lo que parece, porque plantea analizar una historia y unos objetivos.

El camino de la tolerancia, ¿por qué?

El estudiante que empieza tomando un par de tazas de café instantáneo descubre, después de un tiempo, que su cuerpo no reacciona de la misma forma a la cafeína. Así, para lograr el mismo efecto de "activación" que antes alcanzaba con esa dosis de cafeína, comienza a consumir un par de tazas, pero de café negro en grano. Cada cuerpo metaboliza las cosas con su propio y particular ritmo, y esto incluye factores como el peso, la edad y otras cuestiones (incluso genéticas). Bajo un consumo sostenido a lo largo del tiempo, el cuerpo empieza a generar tolerancia a productos y sustancias energizantes cada vez más diversas. Empieza así la experimentación: mezclar café con Speed, tomarlo y pensar que uno ya ha tocado el fondo de la degradación humana (spoiler: no), luego —cuando esa mezcla venenosa ya nos resulta lo mismo que tomar agua— se pasa al siguiente escalón en la espiral de degradación. De hecho, en ciertas carreras muy exigentes a nivel académico (como por ejemplo Medicina) es común ver estudiantes que consumen en secreto psicofármacos que compran de forma ilegal y que usan para ""potenciar"" su ritmo de estudio. 

El objetivo del juego, ¿para qué?

Ahora, este estudiante consume esas mezclas horripilantes, ¿para preparar un final particularmente difícil?, ¿para prepararse para los exámenes?, ¿cada vez que tiene que estudiar?, ¿o incluso —y lo peor de todo—  simplemente para poder sostener un ritmo de cursada que lo está matando? El problema del uso y abuso continuo de energizantes y estimulantes es que el estudiante empieza a naturalizar ESO como su rendimiento normal. Esto no solo significa que, si alguien tiene que consumir 3 litros por día de energizantes para poder "sostener" su cursada, está ya muy por fuera de su rendimiento natural, sino que el peligro de asumir que ese es el rendimiento natural y seguir exigiendo cada vez más.

La balanza: costos y beneficios

La vida del estudiante es una constante evaluación de costos y beneficios. Con respecto a nuestro caso inicial, ¿por qué alguien pensaría que tomar 3 litros diarios de energizante y vivir constantemente al borde del colapso físico es un costo aceptable? ¿Por una buena nota, por terminar una cursada, por tener un título? Hay detrás mucho para analizar.

Algunos estudiantes terminan la secundaria pensando que su identidad es la de ser intelectuales. Docentes y compañeros siempre dieron por hecho que seguro "aprueba todo porque es un genio". Al entrar en la vida universitaria, esta identidad construida sobre buenas notas enfrentará duras pruebas. Quizás por eso algunos estudiantes tienen tan poca tolerancia al fracaso: ese parcial desaprobado es una ofensa contra lo que ellos creen que son.

Otros estudiantes nunca se comprometen de forma seria con el desarrollo de una disciplina de estudio. Estudian con muy poco de margen de tiempo y exigiéndose mucho. En ese caso, el consumo de estimulantes resulta un camino que se abraza con naturalidad y que, cada vez que el estudiante aprueba, se termina reforzando.

Una breve historia personal:

La primera vez que practiqué el abuso de la cafeína fue para rendir un recuperatorio de Filosofía. Aunque la docente daba clases magistrales (y nadie dudaba en llamarla "una genia"), tenía un sistema de evaluación muy curioso: no daba por válida ninguna respuesta con una extensión menor a una carilla de hoja A4. No solo mi letra es muy pequeñita, sino que acostumbro a usar cuadernos cuadriculados. Una compañera, que tenía una letra enorme y un cuaderno con hojas rayadas, fue calificada con un 10, aunque sabía mucho menos que yo (e incluso admitiera haberse inventado algunas cosas). Objetivamente, mi parcial había sido mejor pero, visualmente, el contenido parecía "menor". ¿Cómo podría escribir, con mi letra diminuta, una hoja por respuesta en el tiempo del parcial? Tomé 3 jarras de café instantáneo antes de ir y, sintiendo un poco de taquicardía, fui capaz de cumplir con la exigencia de la docente. Claro que esa no sería la última vez en que abusaría de la cafeína.

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